Nardo del 30 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
Camino, Verdad y Vida!
Meditación: Sabes, Señor, me parece verte en una colina de la
hermosa Galilea. Vestido de blanco estás, el manto no llevas, Tus discípulos
están descansando y el cielo se está pintando de un rojo tornasolado. Se
levanta un rico olor a tierra mojada, y sobre la colina en que pones Tu mirada
un trigal se alza, parece como que el campo se ha vestido de dorado para alabar
al Dios de lo alto. En la otra colina, sencillas flores multicolores esparcidas
la tapizan, y sonríen al nuevo día. Más allá hay un campo ralo en el que no
crece ningún sembrado. Señor, me parece que me quieres decir que el mundo así
está. A pesar de que toda la tierra fue regada con la Santísima Sangre de Mi
Señor, en muchos lugares la semilla no germinó pues no se trabajó con fe y
amor. Fue entonces que la planta murió y la tierra en desierto se convirtió. La
otra colina en la que germinan flores sencillas son las que han luchado en un
campo no tan trabajado, pero donde los talentos a Dios se han presentado y El
los ha premiado. El trigal del cual se saca el Pan son todos aquellos a quienes
el Señor eligió para ser Sus testigos, y que se vistieron de dorado,
abrazándose con nardos pues junto a El su vida han entregado.
Señor, que en la Santa Llaga de Tu Corazón nos abrazas a todos con
el Fuego del Amor, escóndenos allí hoy, para evitar que caigamos en el mal.
Purifícanos cual metal, para que alcancemos la Verdadera Vida en la Tierra
Prometida.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Llenemos el altar que hemos preparado de flores
físicas y espirituales, y cantemos en alabanza al Corazón del Amor, que es
Jesús, Nuestro Redentor.
Nardo del día 29 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, Potestad
Sublime! Fiesta de San Pedro y San Pablo
Meditación: Oh Jesús, Mí Buen Pastor, que nos buscas como a ovejas
en la tierra desierta, que nos cuidas y nos proteges, y Tu cayado levantas para
evitar que el maligno hiera a Tus corderitos. Señor, que me buscas en la noche oscura
y me libras de toda amargura. Amando siento Tu Presencia, y todo lo demás
desaparece; es Tu Gran Poder el que me marca el camino y me guía como a un
niño. Esa Luz dorada que de Ti se desprende, y cual luciérnagas hermosas, como
estrellas fugaces veo las luces de Tus Ángeles. Entonces siento que Tú, Mi
Dios, todo eres, todo puedes, pues eres el Rey. Señor, que a pesar de mi
pequeñez a mi casa vienes, para llevarme a Ti.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Comulguemos agradeciendo a Jesús por todas las gracias
que derrama a través de Su Sagrado Corazón.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

Nardo del 28 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón!
Meditación: Oh
Señor, que no sólo nos mostraste los secretos de Tu Corazón, sino que nos
regalaste el Corazón de Tu Madre, la Mujer Perfecta, la Llena de Gracia, la
Virgen Purísima que regaría la tierra a través de su llanto, para limpiarla de
todo pecado. En la aridez flores de pureza crecerían, cultivadas por Tu Madre
Bendita. María, que iluminas las tinieblas de ésta tierra yerra, con la pura
nieve que cae de Tu Inmaculado Corazón, con una promesa de misericordia y perdón,
haz que se abra nuestro corazón para la conversión, para esperar con alegría,
en medio de toda tribulación, el Triunfo de Tu Inmaculado Corazón, por Ti
profetizado. Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús! ¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Hagamos en este día las consagraciones al Inmaculado Corazón de María y al
Sagrado Corazón de Jesús.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 27 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
confianza y amor!
Meditación:
Jesús, mi corazón se ha puesto triste...porque Tú, que tanto nos quisiste, que
nos redimiste, nos miras a través de los siglos y nos dices lleno de dolor y de
amor: "...la falta de confianza lastima mis entrañas ...". Señor, Tú
sabes lo que siento cuando te veo clavado y muriendo por Amor, pero sin recibir
amor, pues hoy nuevamente te lo negamos. No confiamos en Vos, no creemos que
eres el único Dios, no vivimos para Vos, pues si te amáramos confiaríamos en
Ti, y Tú serias nuestro único descanso. Señor, mi amado, Tu sabes que te amo y
que por ti clamo, pero también sabes cuan pequeño es mi amor, pues muchas veces
te he negado. Hoy Te pido perdón, y como sabes bien que Tú eres mi querer, te
pido que aumentes mi fe, que me bañes en el manantial de Tu amor, para ser así
el más fiel a mi Rey. Que sea como Tu Mamá: fiel por toda la eternidad. Y hoy
te digo despacito y al oído, a Ti, Mi Cristo, a Ti, Mi Señor Bendito:
"Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Sé mío".
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Digamos varias veces al día "Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío, más
aumenta mi fe".
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 26 de Junio: !Oh Corazón Sagrado,
amado reposo de las almas!
Meditación: ¿Sabes,
Señor?, cuando te miro Tu sabes que sonrío, pues veo Tu Dulzura y Poder. Yo sé
que eres mi Rey, sé cuánto me conoces y me quieres, que estás junto a mi y me
sigues, que evitas que caiga, y que consuelas mi alma.
Cuando tengo dolor, cuando
la oscuridad me quiere atrapar, Te me acercas y Tu mano me das, y es entonces
cuando siento cuánto me cuidas. Y me dices: "descansa ya, pues Yo, el
Amor, estoy junto a vos". Es allí cuando se disipa mi aflicción y siento
Tu calor, me siento dichoso y mi alma goza. Y el dolor y la noche ya no están,
pues Tú lo permitiste para que vea mi debilidad y conozca Tu Fortaleza.
El sufrimiento
que purifica, la oscuridad que hace ver la Luz, porque allí siempre estas Tú.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Preparemos y seamos un Altar a Jesús, tanto físico como espiritual, para
agradecer cuánto nos da.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 25 de Junio: !Oh Sagrado Corazón,
fuente de unión!
Meditación:
¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la
pequeña Nazaret, pero no pareces un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto,
fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda...miras los corazones de todos
los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro,
Santiago y Juan...los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y
dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz
interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: "no os quiero ver
juzgar, sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal...". Los
discípulos hacen silencio, pues ha hablado el Maestro.
Y ahora me
imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando
de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas:
"...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra:
"...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...".
Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías
manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo
lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no
permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que
busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el
Creador y el Espíritu de Santificación.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús! ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado
Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos,
y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo
al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir
siempre si. Amén. Florecilla: Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre
nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo
aquello en lo que a Dios no agradamos.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 24 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, que
te hiciste mi hermano!
Meditación:
Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes,
Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu
Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de dolor quisiera bajarte de la Cruz,
sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu
Amado Rostro Santo.
Y Tú, con esa Mirada pides
amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la vanidad,
no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas
Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros mismos
para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir.
Sí, Tú me lo
viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír
Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué
vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el
alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme
escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres
fuente de verdadera alegría.
Porque sabes,
mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma
porque sé que Tú me amas.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Seamos sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están
sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 23 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
abundancia de Amor!
Meditación: ¡Oh Señor!. Quién pudiera conocerte verdaderamente a
Vos, Señor que te hiciste Hombre y pescador, para enseñarnos a trabajar en el
Amor. ¡Oh Señor!, que a todos buscas. Tú, el Rey, te sentabas en una barca y
desde el lago de Galilea enseñabas Tu Palabra. Tú, que a los leprosos curabas y
sanabas las almas. Tu mirada era sólo Amor y ofrenda del dolor que causaba el
hedor de las almas putrefactas. Tú, Señor, que conoces todos nuestros pecados
pero a pesar de eso nos sigues amando. Tú, que por nosotros te sigues dando,
para que volvamos a Tu lado. Tú, Señor, que por gran Misterio nos quieres dar
un corazón nuevo para nacer a Vos y vivir en unión con Nuestro Creador. Señor,
que nos regalas la esperanza de habitar algún día en eterna alabanza en la
Morada Santa, permite a este siervo Tuyo tirar las redes para llevar a mis
hermanos hacia Tus Benditas Manos.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos al Señor, en humilde oración, que podamos
ayudar a la conversión de nuestros hermanos.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 22 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
Corazón Eucarístico!
Meditación: ¡Oh Señor, Oh Mi Amor!. Que aquel Jueves Santo te
quisiste quedar entre nosotros perpetuado en el Pan Sagrado. Señor, te
conviertes en nuestro Alimento para que algún día veamos el Cielo. Cuántos hoy
del Supremo Regalo se han olvidado y lo han despreciado, cuántos hermanos están
profanando Tu Cuerpo Santo. Sabes, Señor, muy pocos creen que estás en el Pan
Vivo, que el Vino en Tu Sacratísima Sangre se ha convertido...¡oh Mi Cristo,
cuántos corazones perdidos!.
Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las
almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te
llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito.
¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces
permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no
sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Ofrezcamos una mortificación al Señor por todos los
ultrajes y sacrilegios cometidos contra Su Santísimo Cuerpo y Sacratísima
Sangre.
Oración: Diez Padre
Nuestros, un Ave María y un Gloria.

Nardo del 21 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
Indulgente y Glorioso!
Meditación:
Señor, a pesar de que Tu Corazón ya no latía, Tu Madre sabía que volverías.
Ella con gran Dolor te aguardaba en oración, Ella esperaba, destrozada y
angustiada, Ella confiaba en Tu Palabra. Señor de la Esperanza, Señor de la
Verdad que enseñas a Tu Iglesia, a pesar de su tibieza, que Tu Palabra no
pasará, que todo se cumplirá. Por eso aquella Dulce Muchacha de Nazaret, la
Joven Madre de Belén, la Dolorosa del Calvario, nos mostraría que con amor y Fe
que te volveríamos a ver. Es por eso que a Ella te presentaste para consolarla
y alegrarla, pues El Santo, Su Hijo Amado, había Resucitado. ¡Cuál no fue el
Gozo de aquella Santa Madre!. Alegrémonos con María pues Jesús está vivo, en
Cuerpo y Alma, vivo hace dos mil años y vivo hoy. No prediquemos a un Cristo
Muerto, ya que ¡el Señor Resucitó!. ¡Gloria a Dios!.
Y Este Señor
está a nuestro lado, porque la Santa Palabra cumpliéndose está. Él nos dijo:
"...donde dos o más estén reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de
ellos". Hagamos lo que nos ordena nuestro Señor: "vayan por todo el
mundo y anuncien la Buena Nueva...éstas son las señales que acompañarán a los
que crean: en Mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con
sus manos serpientes y si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las
manos sobre los enfermos y quedarán sanos..." (Marcos 16, 15-20). Cristo
está vivo, es el Único Dios y todo lo hace El, es el Señor que sigue haciendo
milagros y acompañándonos...seamos sus humildes instrumentos.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que
testimoniemos a nuestros hermanos que Jesús está vivo, cumpliendo sus mandatos.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 20 de Junio: ¡Oh
Sagrado Corazón, Corazón del Supremo
Amor! Fiesta de Nuestra Señora de La Consolata
Meditación: Oh
Señor, todo se ha consumado, todo nos has dado... la tierra ha crujido cual
grito dado por la creación. Ha muerto el Salvador, el Hijo de Dios, lo hemos
matado. Tú, mi Amado, mi Buen Jesús todo enllagado, con Tu Cuerpo destrozado te
encuentras colgado, Tus Ojos se han cerrado... el cruel suplicio ha terminado.
Te bajan de la Cruz, y Tu Pobre Santa Madre, desgarrada, te recibe en sus
Brazos. Con gemidos y llanto, se ha atravesado su Santo Corazón por una espada
de dolor. Parece acunarte como lo hacía en las claras mañanas de Belén, Ella te
besa y te acaricia, tratando de devolverte la vida. Señor, permíteme besarte y
acariciarte como lo hace Tu Madre, porque Tú por mí te entregaste. Permíteme
dar todo por mis hermanos, aunque tenga que pasar por un calvario. Permíteme
estar contigo, aún cuando no lo merezco, pues he dejado que mi corazón se ponga
duro y maltrecho. Permíteme acompañarte en el dolor, porque así es el Verdadero
Amor: compartir el sufrimiento y ser consuelo.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Meditemos sobre los últimos momentos de la Pasión del Señor y el dolor de Su
Santa Madre.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 19 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
Corazón Misericordioso!
Meditación: El
viento arrecia, parece que la tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va
la Luz del mundo, y te escucho decir: "Padre, perdónalos porque no saben
lo que hacen..." y de repente se oye un grito desgarrador: "Padre, en
Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Mi Dulce Jesús ha muerto, mi Dios ha
muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón aún hoy lo arrancamos, la tierra
tiembla...por eso nuevamente están aquí las tinieblas. Tu Cuerpo Santo cuelga
inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza abre Tu Costado, y
brotan de Él Tu última gota de Sangre, y Agua. La Sangre de la Redención, el Agua
del Perdón. Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los sublimes Sacramentos
que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi Redentor, me atrevo
a pedirte a Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir perdón, para mi
sanación, bañándome con los Rayos de Tu Misericordioso Corazón. Que goce así de
la Nueva Jerusalén que algún día veré.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús! ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado
Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos,
y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo
al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir
siempre si. Amén.
Florecilla:
Recemos la coronilla a La Divina Misericordia dada por el mismo Jesús a Sor
Faustina Kowalska.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 18 de Junio: !Oh Sagrado Corazón,
sediento de amor!
Meditación:
Jesús, Jesús...ya sobre la tierra te han elevado, no puedes sostener Tu Cabeza,
de Ella Sangre gotea...de Tu Santa Boca salen hilos de Sangre. Señor, te
escucho decir: "tengo sed...", pero me miras a mi, ¿Señor, tienes sed
de mí?, ¿de esta pobre criatura?. Repites "tengo sed...", sí, Señor,
sed de amor, sed de éste pobre amor que te niego yo...perdón Señor, ¡perdón Mi
Dios!. Mi Cristo, mi amado, escúchame bien, ya que te lo digo de corazón:
"Jesús en Ti confío, perdona todos mis olvidos, "Jesús en Ti
confío", perdona porque te he hecho un "mendigo", un mendigo de
amor, que espera a mi pobre corazón.
Padre, míralos.
Mira a Tu Hijo aún mancillado, mira a Su Madre también Crucificada, cambia
nuestro corazón para que siendo hijos Tuyos, te llenemos de orgullo.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Hagamos una Hora Santa de Adoración Eucarística. Oración: Diez Padre Nuestros,
un Ave María y un Gloria.
Nardo del 17 de Junio: !Oh Sagrado Corazón,
taladrado por clavos!
Meditación:
Llegaste Señor...es la cima del Gólgota, la montaña de nuestra maldad y
miserias. La regaste con Tu Preciosísima Sangre, y ahora Señor, en la hora en
que el infierno todo te destroza, es el momento de Tu Victoria, el supremo
misterio que comenzaste en el Huerto. La mañana se pone oscura, parece que el
cielo ha perdido toda hermosura. El Madero, Tu Madre, Juan, y algunas pocas
mujeres y discípulos te acompañan en Tu momento final. Los soldados han
comenzado su trabajo y taladran en Tu Santo Cuerpo los clavos, te han
desnudado. Pobre mi Señor, pobre mi Amor, se desgarra aún más Tu Corazón, y el
de Tu Santa Madre despedazándose está...quisiera gritar "¡basta ya!",
pero al igual que hoy, ya nadie detendrá Tu Pasión. ¡No quieren parar, no
quieren escuchar!.
¿Y saben, hermanos?, el
Calvario de ayer y hoy es parte del plan más sublime de Amor que hizo nuestro
Dios para nuestra salvación, es el Triunfo del Corazón. Si, del Sagrado Corazón
de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Y así ayer como hoy, mi Señor,
quiero bajarte de la Cruz, quiero sacarte los clavos que yo mismo te he clavado
con mi pecado. Permíteme morir por Ti para resucitar en Ti.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que
podamos morir a nuestra voluntad, sacando afuera todo lo que no es de Dios, y
viviendo cada instante como lo haría el Señor .
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 16 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
traicionado, enllagado, martirizado y destrozado!
Meditación: Oh
Señor, casi no te reconozco, ¿por qué he sido tan cruel contigo, si eres El
Cristo?. Estás encarnizado, eres una llaga viva, te han flagelado...y te han
vestido de rey de burlas, envuelto en un manto púrpura. Perdón, perdón Jesús
porque yo te puse ahí.…estas desfigurado, tan sólo Tu hermosa y tierna Mirada
apacigua la vergüenza de mi alma.
Ojos tristes
sí, ojos tristes de mi Jesús que ven lo que soy, lo que fui y todo lo que seré.
Pero Tú, Señor, lo haces para darme, darme el perdón, darme Tu Amor y regalarme
la Vida con Tu agonía.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Ofrezcamos un sacrificio al Señor haciendo algo que sea de Su agrado, pero que
nos cueste, recordando que "tu mano derecha no debe saber lo que hace tu
mano izquierda".
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

Nardo del 15 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, Corazón del Uno y Trino
Dios!
Meditación: Corre una brisa fresca y parece que junto al pequeño
río algo de naturaleza despierta...es el Jordán...un pequeño gentío, allí está
el Bautista...se acerca imponente mi Jesús, sin pompas, con sencillez pues es
el Verdadero Rey. Se miran, se dicen unas pocas palabras y en ese instante el
Cielo habla...se abrieron los Cielos y descendió el Espíritu de Dios. Al mismo
tiempo se oyó una Voz que desde el Cielo dijo: "Este es Mi Hijo, el Amado,
este es Mi Elegido" (Mateo 3-16).
La misma Trinidad se presentaba
en la tierra Santa, mostrándonos en lo pequeño un gran misterio. Tres personas
distintas y Un sólo Dios. Jesús, al decirle Sus discípulos "muéstranos al
Padre" respondería: "hace tanto tiempo estoy entre ustedes y todavía
no me conocen". Nuestra limitada naturaleza no puede entender la ilimitada
magnificencia de Dios, Uno en el Otro está, y el mismo Corazón es de nuestro
Único Dios. Pidamos al Corazón del Hijo conocer el Amor del Padre, y
encerrarnos en El, cubiertos con las Alas del Espíritu Santo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos la oración de los pastorcitos de Fátima: Oh
Dios mío, yo creo, espero, adoro y Os amo y Os pido perdón por todos los que no
creen, no esperan, no adoran y no Os aman (repetir tres veces). Santísima
Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el
Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, Presente en todos los Tabernáculos de la tierra en reparación
por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales El mismo es
ofendido, y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la
intercesión del Inmaculado Corazón de María Os pido por la conversión de los
pecadores. Amén
Oración: Diez Padre
Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 14 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, que
amas el silencio!
Meditación:
Jesús, que viniste al mundo a sufrir, pero antes debías con nosotros convivir.
El Niño de Nazaret, el Hombre del Calvario, en el silencio y la mortificación
cumplías la Voluntad del Creador. Sólo hablaste para enseñar, aconsejar y para
mostrar al Dios de la Verdad. ¡Pero hoy Señor, a todos nos gusta hablar, todos
creemos que sabemos, a pesar de que estamos en el desierto. ¡Cine, televisión y
permanente conversación han quitado de nuestro corazón el lugar que necesitás
Vos!. No queremos oír, solo queremos hacernos respetar, hemos perdido el don de
escuchar...somos sordos de corazón. Y Tú, Jesús, permaneces callado porque ya
has hablado, y aun cuando hoy quieres con nosotros conversar, no te queremos
escuchar. Nos estás esperando como en el Calvario, pero te seguimos
abandonando. ¿Sabes Señor, lo que yo creo que ocurrió?: Te hemos sacado de
nuestro templo y en Tu lugar nosotros mismos nos hemos puesto. ¡Oh Señor!,
permítenos sentir en nuestro corazón el amoroso susurro de Tu Santo Espíritu,
para que estos sordos del siglo XXI volvamos a conversar con Vos y cumplamos
con el Divino Querer, haciendo el bien. Que podamos repetir: "Señor,
habla, que Tu siervo escucha".
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo,
Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor
del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para
que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en
mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Hagamos una jornada de silencio tanto exterior como interior, alejándonos del
ruido del mundo para poder escuchar la Voz de Dios.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 13 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
obediente hasta la muerte!
Meditación: La oscuridad del Huerto parece que se hace más
espesa…y allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza. La Sangre Bendita cae
sobre la roca fría, y hasta parece una alegoría, el corazón del hombre
endurecido cual piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el Llanto Santo que del
pecado nos limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo decir: "Padre, si
es posible que pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu Voluntad y no la
Mía". La Oblación de Amor ya ha sido dada…se entrega el Hijo…se desgarra
el Padre… "por Amor, a Su propio Hijo entregó". La Voluntad de
Nuestro Único y Trino Dios es dar todo por amor. Si, por amor a esta pobre
criatura que soy yo, que tantas veces lo negó, que solo quiere bien vivir, y
que me sirvan a mí, que no me importa conocerlo y que con mis miserias y
egoísmos he construido ídolos en el lugar del Santo Templo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos al Señor vivir cumpliendo Su Santa Voluntad, y
aprender a amar. Leamos y reflexionemos la Primera Carta a los Corintios, 13.
Oración: Diez Padre
Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 12 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
escarnecido por nuestros pecados!
Meditación: Señor…en la oscuridad del Getsemaní, la Luz de Tu
Presencia. Señor…que sentías en aquella brisa fría la cercanía de Tu agonía.
Señor…te veo arrodillado y orando, Tu respiración se acelera…puedo sentir el
dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante sintió todos los
pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por cometer.
Señor, allí Tu Corazón se atravesó. Pobre Mi Señor, el Puro, el
Santo, soportando y sintiendo cada pecado. Señor…estás llorando…Sangre. Señor,
de Tu Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen. ¡Oh Señor
perdón!, perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón
Señor porque continuamos tu martirio…perdón Padre porque a pesar de habérnoslo
dado, al Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Trabajemos con humildad haciendo un examen de conciencia, recordando y
meditando los pecados capitales: soberbia, vanidad, avaricia, gula, lujuria,
envidia, ira. Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 11 de Junio: ¡Oh
Sagrado Corazón, desgarrado en el Huerto!
Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace 20 siglos…solo hoy…solo
en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel tiempo, sentís frío, el
frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la falta de fe y amor. Frío y
soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario. Los hombres de hace dos mil
años y los hombres del mundo actual se olvidaron del Maestro, de que nos
hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el mismo Dios, te hiciste
pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido nuevamente olvidado por todos
aquellos que decimos ser Tus testigos, que te seguimos, pero nos quedamos
dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como antaño…no te acompañamos ni
reparamos las ofensas que a través del pecado desgarran Tu Sagrado Corazón. Por
todo ello Señor, Mi Dios, perdón.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario, meditando
particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre nuestras
faltas de caridad.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 10 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
modelo de virtudes sos!
Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste perfecto, que corrías
y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba la Primera Santa
Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con pétalos de
humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres que
tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos dejarnos
modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a semejanza de
Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos, pues cuan
pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino. Cambiemos
nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos todos
los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de
participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su
Sagrado Corazón la lanza.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer más profundamente
cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 9 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
fuente inagotable de amor!
Meditación: Jesús tanto nos amó que no sólo hasta Su última gota
de Sangre derramó, obedeciendo la Voluntad del Padre que lo envió, sino que
también desde la Cruz nos dejó a Su Santísima Madre, a la más Bella Mujer que
jamás existiría, para que sea nuestra guía. En Pentecostés, Ella, confirmando
su apostolado, está reunida con los discípulos esperando la venida del Paráclito,
cumpliendo así con lo señalado por su Divino Hijo. Así la Criatura más
Perfecta, la Inmaculada, la Llena de Gracia, se convierte en Madre de la
Iglesia, participando del misterio de la Corredención. Ella ve con dolor y con
amor todas las asechanzas, tropiezos y persecuciones que el enemigo prepara
frente a nosotros, interponiéndose para nuestra protección como la Mujer
Vestida de Sol, y señalando el camino del regreso de Cristo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Recemos el Rosario a la Santísima Virgen, para que sea
nuestra protectora y nuestra guía.
Oración: Diez Padre
Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 8 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, que
enviaste al Espíritu Santo!
Meditación: Jesús que nos enviaste tu Santo Espíritu, que nos
permitiste por Tu inmenso Amor ser templos del mismo Dios, para así vivir en Ti
y recibir a la Divinidad en nuestra pobre casa, llenándola de gracias. Que
seamos vasijas de barro, purificadas por el Fuego ardiente de Dios, para que
Sus dones se derramen en nuestras almas. ¡Oh que sublime posesión sería ésta,
ser poseídos por el Espíritu Divino que nos guía y renueva como verdadera
Iglesia!.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos la efusión del Espíritu Santo sobre cada uno
de nosotros y sobre toda la Iglesia. "Ven, Espíritu Santo, ven, por medio
de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, Tu Amadísima
Esposa, ven¨" (se repite tres veces).
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 7 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, qué
sensible y sencillo sos!
Meditación: Me parece entrever por una ranura de la casa de
Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un rústico trozo de
madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta fresca…parece absorto. De
repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el Rostro de Mi Señor, que
diligente y obediente responde al llamado de Su Madre. En la otra habitación,
en su lecho un anciano agonizante respira agitadamente …es el pobre papá José.
En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se reflejan tanto amor, tanto dolor,
tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas lágrimas José inicia su marcha,
hasta que se abra la Puerta de la Morada Santa.
¿Somos capaces de imitar la sencillez y el amor que el Señor
prodigó a todos los que tocó en Su vida terrena?. ¿O escapamos en el mundo de
hoy del cuidado de los ancianos y necesitados?. Justificándonos en que tenemos
nuestro trabajo y en que no podemos angustiarnos tanto, ni siquiera podemos dar
una sonrisa para aquel que agoniza. ¡Tenemos que vivir…vivir para morir!.
Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar nuestro mísero corazón
en ofrenda al Señor, como lo hizo el Redentor.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Demos
cuidado y amor a un anciano necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 6 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
valiente y obediente!
Meditación: Oh Delicioso Señor, que nos enseñaste desde Tu ímpetu
juvenil a combatir, cuando a Tu Madre confiaste, a Tus dulces doce años, que a
los doctores explicabas las cosas de Tu Padre. Eras apenas un niño, pero en Ti
el Amor había vencido a todo temor, ya que cumplías con obediencia el Querer de
Quien te había enviado. No importaban los escarnios, las burlas ni tu pequeñez,
pues la Sabiduría y el Amor habían de vencer. ¡Que vergüenza la de mi pobre
alma siempre llena de temor para defender las cosas de mi Dios, tanto con la
voz como con el testimonio que doy! ¿Y no es el miedo acaso falta de Fe?, pues
yo nada soy, todo lo es y lo hace el Señor. Entonces si El habita en mí, y me
hace vivir, sólo tengo que servir para llegar a ser un instrumento y un puente
hacia el Cielo.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Seamos discípulos del Señor haciéndolo conocer más y
más, prediquemos a un hermano para que pueda encontrar a Cristo en su corazón.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 5 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, qué
tierno sos!
Meditación: Dicen que una vez la Santísima Virgen a un niño se le
presentó, le habló del Amor y de su Corazón, pero el niño que sorprendido la
escuchaba se atrevió a preguntarle por el Niño Dios. De tal modo, una
conversación parecida a ésta se escuchó:
Perdón, Virgen María, ¿pero si voy al Cielo voy a poder jugar con
el Niño Jesús?. La Virgen sonriendo contestó: "Sí, en el Cielo se te da
todo lo que buscas con un corazón de niño". El pequeño prosiguió: ¿Al
fútbol también podré jugar con El?. La Virgen contestó: Si así lo deseáis... El
niño: Ah, pero siempre va a ganar Jesús, porque El es el mejor, es Dios. La
Virgen, llena de ternura, contestó: "No, mi amor, porque en el Cielo no
hay competencia y mi Jesús siempre deja ganar…". A lo que el niño,
poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero ganar, sólo quiero
ser como Jesús...".
¡Qué lección la de la Madre de Dios!. Ella nos muestra la humildad
y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos da, nos deja hasta querer
¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver que el Rey, todo Poder,
trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a nosotros?.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que tratemos de ser niños guiados por la voz de
nuestra Madre, practicando la humildad.
Oración:
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

Nardo del 4 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, cuan
manso y humilde sos!
Meditación: ¡Ay! de nosotros los hombres, todos queremos ser
SEÑORES, si, con mayúsculas…no queremos ser pequeños, debemos competir, ser los
mejores, hinchar nuestro corazón de orgullo, llenarnos de vanidad. Ser
manso…eso es de débiles, de aquellos que poco saben, que no poseen imagen. Pero
a pesar de eso, sabes Señor, te lo digo al oído, con vergüenza: "Yo soy
cristiano, he sido bautizado…".
¡Oh! mi Dulce Señor, cuanto te he profanado si estoy lleno de
estos pensamientos mundanos. Tú, el Corazón más humilde y el más sublime, el
más manso, el Todopoderoso. Tú nuestro Dios hermoso, mi Dulce Esposo. Me olvidé
de Tu Imagen, por ser yo la imagen de un dios pagano, de aquel que produce el
escarnio de lo que Tú en mi pusiste de santo. ¡Perdóname Señor!.
Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Ofrezcamos una jornada de silencio, comparando la vida de Jesús con la nuestra.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 3 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón,
refugio del Niño Dios!
Meditación: En una Doncella latía un Pequeño que renovaría la
tierra vacía, ya que en ella sembraría semillas para llenarla de Vida. Aquel
pequeño Corazón era el Sol que con Su calor nos enseñaría lo que es el Amor,
con Su Luz a no perdernos en la oscuridad, con Su Omnipotencia a aumentar
nuestra Fe, con Su silencio el valor de hacernos pequeños y con Su Presencia la
Única Senda, pues El es el Rey.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Comulguemos pidiéndole al Señor tener un corazón
pequeño, y que sea El nuestro único sustento.
Oración: Diez Padre
Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 2 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, Llama
ardiente!
Meditación: El Corazón de mi Jesús tanto amó, que en llama de
fuego se presentó para purificar, para salvar, para amar…¡Pero quién lo ha de
mirar!. Si muchos lo llegamos hasta a despreciar, a no buscar, a ignorar, pues
no queremos que nos venga a señalar las miserias y tibiezas que nuestro pobre
corazón encierra. Seamos ardientes amantes de Cristo, consumidos por el Fuego
de Su Amor, para poder así limpiar nuestro corazón y llegar a servir a nuestro
Dulce Señor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:
Hagamos una buena confesión, ofreciéndosela al Sagrado Corazón de Jesús.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 1 de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, Luz en este mundo de oscuridad!
Meditación: Corazón Sagrado, enllagado y martirizado por nuestros
pecados, sé nuestra Luz para vivir sólo en Ti, y así poder seguir nuestro
camino para llegar un día a habitar junto al Padre Celestial. Jaculatoria:
¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu
Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que sepamos plasmar en nuestro pobre corazón, lo que
nos enseñó el Hijo de Dios. Meditemos cuán poco sabemos de El.
Oración: Diez
Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.



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