jueves, enero 08, 2015

CAÑAS Y ROCAS

Texto: Lucas 22:54-65

Es sorprendente que el nombre de Simón Pedro refleje dos personalidades diferentes:

"simón" --- significa "caña", y

"pedro" -- significa "roca"

Todos éramos cañas antes de conocer al Señor, así como lo era Simón. Frágiles por el pecado, sucios, sin valor alguno,

sin firmeza ante el viento o las tormentas; pero Cristo nos da de su fuerza haciéndonos "rocas", con firmeza, fortaleza, seguridad

frente a los vientos y las tormentas.

Cuando llegamos a Cristo, El nos cambia y no quiere que vivamos más una vida de fracaso.

- Pedro era impulsivo, rudo, emocional, pero era frágil como una caña sin Dios.

Cuando Jesús anunció su muerte y que muchos le dejarían por temor, Pedro dijo que el no se asustaría sino que lo seguiría hasta la

muerte (Mt 26). Talvez nosotros nos comportamos igual cuando estamos bien prometiendo no volver a fallarle y esas cosas.

Pero cuando las circunstancias se hicieron difíciles para Pedro, la roca, este terminó otra vez siendo una caña: quebrada, negando su

fe, volviendo atrás, confortando más al mundo.

Y cantó el gallo, que anuncia el amanecer pero en este caso anunciaba "la noche más larga de Pedro", una caña frágil, pecadora.

Y tenemos ese gallo que no está diciendo que hicimos algo mal: no poder sentir la presencia de Dios, no perdonar, no crecer, amargura,

tristeza, decepción, pesar, cansancio, enfermedades, opresión en el pecho... "gallo" que queremos callar pero no podemos.

La mente acusándote de ser inservible, de haber caído otra vez, de que nunca más vas a cambiar, que eres caña y que vas a quedar

así toda tu vida.

Un gallo que cantaba y le hizo recordar las palabras de Jesús. Y Jesús que te mira y te espera a que vuelvas a él, que te

arrepientas, que reconozcas tu error, y que vuelvas a sus brazos.

Pedro Pedro, la caña frágil, volvió a lo de antes, a la pesca. Lo único que sabía hacer era lo que había hecho toda su vida: ser pescador.

Así es cuando nos sentimos que hemos vuelto a fallarle a Jesús: que somos cañas y que solo estamos condenados a vivir una vida de

fracaso.

Pero Jesús fue tras él. Y lo espero porque estaba interesado en él. Te espera también a ti siempre para darte una nueva oportunidad.

Y le llamó Simón (Jn 21:15) - no lo llamó Pedro, lo llamó "caña" porque conocía su fragilidad. Me amas? Tu le amas? El te ama. Jesús

se lo preguntó tres veces. Estas seguro de amar a Jesús realmente? Sigue firme, trabaja, no bajes los brazos. Con las fuerzas del Señor

saldrás adelante.

Y la caña tuvo una nueva oportunidad de ser roca...

SAGRADO CORAZÓN DE JESUS
EN VOS CONFIO.




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