El ciego Bartimeo recibe la vista
46 Después llegaron a Jericó. Más tarde, salió Jesús de la ciudad acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino. 47 Al oír que el que venía era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:
48 Muchos lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más:
—¡Hijo de David, ten compasión de mí!
49 Jesús se detuvo y dijo:
—Llámenlo.
Así que llamaron al ciego.
—¡Ánimo! —le dijeron—. ¡Levántate! Te llama.
50 Él, arrojando la capa, dio un salto y se acercó a Jesús.
51 —¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó.
—Rabí, quiero ver —respondió el ciego.
52 —Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha *sanado.
Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
Reflexión:
Una vez más quedo maravillado con las enseñanzas de la Santa Biblia
en el relato de Bartimero el ciego de Jericó,
que sin haber visto milagro alguno de Jesús pone toda su fe en El Señor y lo proclama de forma pública como el hijo de David, cuando grita a toda voz JESÚS HIJO DE DAVID, TEN COMPASIÓN DE MI.
Aclaro que desconozco si Bartimeo era ciego de nacimiento ya que no encontré escritos que lo especifiquen, pero si indico que Bartimeo obtuvo su fe de escuchar, escuchar los milagros que Jesús hacía, escuchar a la gente hablar, escuchar con un corazón dispuesto. Y al escuchar la multitud pregunta que era eso, le dicen que es Jesús. Seguramente debió sentir su corazón arder por la oportunidad de conseguir una vida nueva, proclama una verdad que ya estaba en su corazón y aun cuando lo quieren callar, el no guarda lo que se le ha revelado, por el contrario clama con más fuerza para que ser escuchado.
A diferencia de hoy en nuestros días que muchos católicos, teniendo cerca una iglesia, habiendo escuchado la palabra viva de Dios no saben oír y se mantienen callados ante el mundo sin proclamar el evangelio. Deberíamos aprender de Bartimeo que con los ojos cerrados al mundo tenia un corazón abierto a Dios y que aún más con la limitación que tenía no se detuvo a esperar al Señor, camino hacía El, aceptándolo como su Salvador y pidiendo misericordia.
Si hoy escuchamos hablar de Dios a nuestros hermanos , lo que escuchamos es para decir:
Dios me ha de curar,
Dios me ayudara en mi situación para conseguir un trabajito, y nos olvidamos de pedir perdón al Señor, por todo cuanto obramos mal y dejamos de obrar bien,
Bartimeo por el contrario al ser llamado por Jesús arroja su capa, su única posesión en este mundo, y eso es decir poco, ya que la capa le servía para noches de frió, le cubría del sol, de la lluvia, le servía de cobija o de cama, era más que una posesión, era de lo cual podía depender su vida por la inclemencia del tiempo.
sin embargo oye el llamado de Jesús y no le importa nada, pues seguramente en su corazón sabía que era la promesa de una vida nueva, por tal motivo se desprende del viejo yo. ( El mendigo del mundo).
hoy queridos hermanos, vamos a misa cada domingo, escuchamos la palabra de Dios, comulgamos en la Eucaristía y sin embargo no hemos llegado a tener la fe que este ciego tuvo en Jesús para que nos marque una vida nueva, no hemos abandonado nuestra capa de mendigo del mundo y seguimos con ella a nuestras espaldas, la comodidad que se obtiene con una casa grande un buen empleo, y quedemos claros, que no estoy diciendo que tener bienes materiales sea malo, pero si estoy diciendo que ponerlos por encima como prioridades de vida si es malo, acaso no tenemos familiares menos privilegiados que necesitan nuestra ayuda;
¿se la damos? ¿Dejamos de irnos a un paseo o a un viaje para ayudarles con ese dinero? ¿visitamos a nuestros padres ancianos? ¿les ayudamos económicamente, después que ellos dieron sus años por nosotros?...si no puedes contestar estás preguntas de forma afirmativa, acaso contestarías afirmativo si te pregunto si haces algo por alguien que no es tu familia...
Bueno, cada cual que mate su propia vaca y haga su análisis personal.
Para concluir:
Abramos el corazón al amor infinito de Dios, caminemos rumbo a El, pidamos para ser nuevas creaturas, escuchemos su llamado y comprometamonos a vivir una vida nueva en Jesús nuestro Salvador.
Sagrado Corazón de Jesús
En tu amor Confío
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