En Lamentaciones 3, Jeremías dice:
“Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres… Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová” (vv. 31-33, 40). Dios usa la adversidad en nuestras vidas por varias razones: para llamar nuestra atención, desarrollar importantes cualidades de carácter, enseñarnos a confiar solamente en Él, y prepararnos para ministrar a otros. Pero lo importante para nosotros hoy, es que las dificultades no durarán para siempre. Tienen un tiempo y un propósito señalados, y podemos salir muy beneficiados de ellas si simplemente confiamos en el Padre celestial y disponemos nuestro corazón para aprender de Él.
Consagrados para amar a Jesús y curar las heridas de su Sagrado Corazón.
jueves, agosto 14, 2014
Lamentaciones
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