miércoles, agosto 20, 2014

CAPITULO III


"Qué más se podía hacer por mi viña que Yo no lo haya hecho?
Si esperaba que diera uvas, )Por qué dio frutos agrios?"
(Is 5, 4)



CAPITULO TERCERO 


IV. NUEVO AMANECER : DESDE 1673 HASTA NUESTROS TIEMPOS.


En 1967 Karl Rahner afirmó : "El devoto (creyente) de mañana será un "místico", es decir, alguien que ha experimentado algo o dejará de ser devoto (creyente)". (1) La frase nos parece particularmente adecuada para introducir a una religiosa a quien debemos tanto los amigos del Corazón de Jesús :

Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690)
Dado que el Padre nos ha revelado en su Hijo Jesús absolutamente todo lo que Dios ha querido comunicarnos a los seres humanos, es natural que casi todos nosotros nos pongamos aprehensivos y a la defensiva en cuanto se nos habla de "más" revelaciones ... Es natural; pero también es necesario que reconozcamos que el Señor continúa hablándonos y comunicándose con nosotros. Somos un pueblo regio, sacerdotal y profético; y El nos habla a sus "santos" (entendido en sentido paulino, desde luego).

A lo que vamos : Entre 1673 y 1675 una joven religiosa, de la Orden de la Visitación, nos dice que el Señor Jesús mismo se le apareció en varias ocasiones, le mostró su Corazón; se quejó de lo muy mal que correspondemos a tanto que nos ha amado y nos ama, y le pidió, entre otras cosas, que promoviera en la Iglesia la devoción a su Corazón por medio de una Fiesta en su honor.

Como era de esperarse, Margarita María, que de ella hablamos, tuvo que enfrentar todo tipo de dificultades para que le creyeran tanto sus propias hermanas de convento en Paray-Le-Monial (Francia), como las autoridades eclesiásticas de su tiempo. Pero, cuando el Señor quiere hacer algo no valen peros humanos, y ahí está el hecho histórico incontestable : A partir de 1673 ya nada ni nadie pudo impedir que la devoción al Corazón de Cristo se apoderara del corazón de los humildes del Pueblo de Dios.

Si un hecho deja en claro la lectura de los Evangelios es que los humildes le entendían todo

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al Señor. En relación con esto de las revelaciones y promesas del Señor a santa Margarita sucede algo muy semejante : Los humildes las entienden y las creen. No queremos implicar con esto que quienes tienen sus dificultades o sus dudas al respecto son necesariamente personas a las que les falta humildad. Sólo decimos que ciertas gracias mayores el Señor continúa reservándolas para los humildes y sencillos, y ésta parece ser una de ellas ...

Por eso, también, no emplearemos mucho espacio en la defensa de la obra y el mensaje de santa Margarita. El Señor mismo atestigua en su favor. En los evangelios El nos enseña que "a todo árbol se le conoce por sus frutos". Y los frutos que le ha dado a la Iglesia el árbol que nos Santa Margarita alega que el Señor le ordenó plantar y cuidar, son tantos y tan fecundos, que responden sobradamente por la veracidad de su palabras.

Quedarían demasiado incompletas estas líneas si no nos refiriéramos, así sea brevemente, al contenido de las tan conocidas "Promesas" del Corazón de Jesús a santa Margarita y, por su medio, a nosotros.

Acompañamos su enumeración de unas sencillas observaciones. Nos parece que podrán ayudarle a muchas personas para enfocar debidamente el sentido y el alcance de cualquier revelación privada, en general, y de ésta en particular :

1. La Iglesia no nos obliga a creer o aceptar la autenticidad de revelaciones "privadas" de ningún género. El Catecismo nos enseña que la "Revelación", propiamente dicha, se "cerró" con la muerte del último de los Apóstoles ...

2. Por tanto, en materia de revelaciones privadas, cada cristiano hace uso de la santa libertad de los hijos de Dios y del sentido común que Dios nos da.

3. Nos ayuda - naturalmente - a creer o no creer tal o cual revelación privada, el mayor o menor aprecio o reserva que veamos que muestran nuestros pastores hacia la persona que nos comunica una revelación y respecto a su contenido.

4. Ayuda mucho para entender todo lo relativo a revelaciones privadas el tener alguna noción, aunque sea básica, de lo complejo que es todo el contexto humano de las experiencias místicas. Por su naturaleza misma, estas experiencias no implican ni exigen que el sujeto que las vive nos exprese su contenido en otros términos más que los de su natural y limitada psicología, cultura, antropología, teología, etc.

Nos puede ayudar, quizás, a entender mejor este asunto, el sencillo ejemplo de los moldes : Si usted usa un molde cuadrado para hacer un pastel, al vaciarlo el pastel es cuadrado; y si usa un molde redondo, el pastel saldrá redondo. Eso es, básicamente, lo que sucede cuando el Señor le comunica algo a santa Margarita María. El Señor respeta el molde de esa persona concreta, que es una mujer francesa condicionada culturalmente por su tiempo, su propia personalidad, etc.

ÌÌÌ Nosotros podremos prescindir, entonces, de lo accidental del molde, pero jamás de lo sustancial de su contenido : La llamada eternamente fresca que nos hace el Corazón de Dios a que respondamos a Su Amor Herido.

Una aclaración : Si te fijas bien, el texto de las Promesas, que encontrarás un poco más adelante, está redactado en primera persona, como si el Señor nos hablara directamente a nosotros : "Bendeciré los lugares ...". Debemos aclararte que la mayor parte de las promesas en

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los escritos de Santa Margarita no están en primera, sino en tercera persona : "Nuestro Señor me dijo que bendeciría ...".

¿A qué se debe esta diferencia? - Básicamente se debe al deseo de resumir y expresar en el menor número de palabras posibles el contenido de las diversas promesas que el Señor le hizo a Margarita María de bendecir la Devoción a su Corazón. Un devoto comerciante de Dayton, Ohio, Philip A. Kemper, comenzó a imprimir y regalar cientos de miles de estampas conteniendo esta forma abreviada de las Promesas allá por el año de 1882. Pronto este resumen se hizo -y continúa siendo- tan popular entre el Pueblo de Dios, que en parte, ya no es posible dar marcha atrás. El refrán que afirma que "la voz del pueblo es la voz de Dios", encierra mucha verdad.

En estas páginas vas a encontrar ambas versiones : El resumen que popularizó Mr. Kemper, más algunas citas directas de cartas de Santa Margarita. (Estas citas directas de Santa María Margarita tendrán al calce sus iniciales (M.M.A.), es decir : María Margarita de Alacoque.) Añadimos también diversas citas de los Evangelios, que te ayudarán darte cuenta del auténtico sabor a evangelio, que tienen las promesas. Los evangelios están llenos de ellas, porque el Señor - que nos conoce demasiado bien - sabe la necesidad que tenemos de palabras de ánimo ...

(Casi todas las citas están tomadas directamente del libro Espiritualidad Postconciliar según el Corazón de Cristo, del P. José Luis de Urrutia, S.J., Editorial Sal Terrae, 1972)




LAS PROMESAS 

1. Les daré las gracias necesarias para llevar adelante su misión en la vida conforme con su vocación.
"Busquen primero que reine la justicia de Dios, y lo demás se les dará por añadidura"
(Mt 6, 33).
"Los seglares encontrarán en este medio las ayudas necesarias a su estado". "Prometió que ... protegería a las familias que estuvieran en necesidad." (M.M.A.)

2. Pondré paz en sus familias.
"La paz les dejo, mi paz les doy" (Jn 14, 27).
"Prometió que reunirá a las familias divididas". (M.M.A.)

3. Los consolaré en todas sus aflicciones.
"Vengan a mi todos ustedes, los que están cansados y agobiados, que Yo les aliviaré..." (Mt 11, 28)

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"Mis devotos... encontrarán alivio en sus trabajos... y consuelo de sus tristezas". (M.M.A.)

4. Yo seré su amparo y refugio seguro durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
"Miren que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de este mundo" (Mt 28, 20).
"Ha prometido a cuantos se consagren y ofrecen a El ..., que jamás les dejaría perecer, que les sería un asilo seguro contra las todas acechanzas de sus enemigos; pero, sobre todo a la hora de la muerte". (M.M.A.)
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
"Si permanecen en Mi, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les dará" (Jn 15, 7).
"Me ha mostrado que tiene un tesoro de gracias de salvación y santificación deparado para su comunidad ..., pero no creo que las gracias que promete consista en abundancia de bienes temporales, ya que estos a menudo nos empobrecen de su gracia y amor". (M.M.A.)

6. Los pecadores encontrarán en mi Corazón una fuente y océanos infinitos de misericordia.
"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Aprendan mejor lo que significa: "compasión quiero y no sacrificios"; porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores" (Mt 9, 12-13).
"Según se lo ha dado a entender a esta indigna esclava suya, (El) pretende devolverles la vida a muchos por este medio (la devoción a su Sagrado Corazón)". (M.M.A.)
7. Los tibios se harán fervorosos.
"Si alguien tiene sed que se acerque a Mi, y que beba el que cree en Mi. Como dice la Escritura : De sus entrañas manarán ríos de agua viva" (Jn 7, 37-39).
"Quiere, sobre todo, animar con esta devoción la caridad, tan resfriada, y apagada en los corazones de la mayor parte de los cristianos." (M.M.A.)

8. Los fervorosos se elevarán pronto a gran perfección.

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"El que permanece en Mi y Yo en él, ese da mucho fruto" (Jn 15, 6).

"Yo no estoy enterada de que exista en la vida espiritual un ejercicio de devoción que tenga mayor efectividad (que la devoción al Corazón de Jesús) para elevar al alma en poco tiempo a la más alta perfección; y para hacerle gustar las verdaderas dulzuras que se encuentran en el servicio de Jesucristo." (M.M.A.)

9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
"Contemplarán al que traspasaron" (Jn 19, 37).
"El prometió que ..., dado que El es la fuente de toda bendición, derramaría abundantemente estas bendiciones en todos los lugares donde fuera expuesta la imagen de su amable Corazón para poder recibir nuestro amor y ser objeto de nuestra honra". (M.M.A.).

10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.

"No son ustedes los que me eligieron a mi, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero." (Jn 15, 16).

"Mi divino maestro me ha dado a conocer que los que trabajan para la salvación de las almas, lo harán con éxito, y tendrán un don especial para conmover los corazones más endurecidos, si profesan una tierna devoción a su Sagrado Corazón, y si trabajan para inspirársela a los demás y promoverla por todas partes." (M.M.A.)

11. Quienes propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás serán borrados de Él.

"Padre quiero que los que tu me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado ..." (Jn 17, 24).
"Tiene reservados bienes infinitos a cuantos se empleen en esto (dar a conocer y amar su Corazón) con todas sus fuerzas". (M.M.A.)
12. "Un viernes, durante la santa comunión, El dijo estas palabras a su indigna sierva, si es que ella no se equivoca : "Te prometo, en el exceso de la misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos la gracia de la penitencia final, no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los sacramentos; Mi Corazón será su asilo seguro en sus últimos momentos." (M.M.A.)

"Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá
eternamente ... El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día" (Jn 6, 51; 54).

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Tomadas en su totalidad, entonces, estas promesas no afirman ni ofrecen otra cosa que lo que Nuestro Señor Jesucristo prometió en los evangelios al que tiene fe profunda e inquebrantable. Por tanto, nadie debe leer estas promesas como si se tratara de fórmulas o técnicas fáciles de ganarnos el cielo.

Debemos tener mucho cuidado, hermanos, de no engañarnos acerca de la naturaleza de las Promesas y la Devoción al Corazón de Jesús. No se trata jamás de una colección de fórmulas o técnicas piadosas mediante las cuales vamos a poder manipular al Señor, o vamos a poder "comprar" la salvación mediante determinadas prácticas. (Todo lo contrario! Estas promesas le gritan a nuestra fe y a nuestro corazón que ya es hora de dejarnos de tantas manipulaciones de lo religioso y de tanto ignorar su ardiente amor. Hoy al igual que ayer estas promesas nos invitan a los verdaderos amigo de Jesucristo a responder con una fe inquebrantable y un amor incondicional a su infinito e insondable amor.

San Claudio la Colombiére (1641-1682)
Sacerdote y jesuita. Se le ha conocido como "el Apóstol del Sagrado Corazón de Jesús". Fue contemporáneo de Santa Margarita M. de Alacoque, su fiel confidente y confesor. En los momentos en que ésta experimentaba las mayores incomprensiones y dificultades interiores y exteriores la ayudó a confiar en el Señor para llevar adelante la misión que El le encomendaba. Unos meses antes de conocerlo, el Señor le dijo a ella: "Yo te enviaré a un servidor y perfecto amigo mío, que te enseñará a conocerme y abandonarte a Mí". Cuando a finales de 1675, el P. La Colombiére visitó por primera vez el Convento, ella sintió claramente que el Señor le decía: "Este es el que te envío", y un poco más tarde le indicaba ya firmemente: "Dirígete a mi servidor, el P. La Colombiére, y dile de mi parte, que haga todo lo posible por establecer esta Devoción, complaciendo así a mi Corazón". El buen jesuita no falló.

Su canonización ha tenido lugar el 31 de mayo del año 1992, después de reconocer la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos una importante curación milagrosa acontecida en los Angeles, California, por su intercesión.

El Culto Público 

El impacto del mensaje de Paray-le-Monial fue decisivo a largo plazo, pero tuvo que enfrentar de inmediato todo tipo de dificultades, rechazos e incomprensiones dentro y fuera de las paredes del Convento de la Visitación. La Santa Sede, por ejemplo, se opuso expresa y repetidas veces a la aprobación de una Fiesta Litúrgica especial dedicada al Corazón de Jesús, y hasta prohibió la publicación de obras como la del P. Croisset, "La Devoción al Sagrado Corazón de Jesucristo Nuestro Señor", que exponían el mensaje de la Devoción muy en la línea de Santa Margarita.

A pesar de las dificultades, la Devoción fue cobrando cada vez más y más auge entre el Pueblo de Dios. En 1720 un acontecimiento trajo inesperadamente un cambio de actitud de parte

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de muchos : El obispo y las autoridades civiles de Marsella decidieron consagrar la ciudad al Sagrado Corazón de Jesús en agradecimiento por haber librado a su población del azote de la terrible epidemia (plaga) que tanto daño había causado ese año en el resto de Francia y Europa. En 1765 aconteció un hecho de todavía mayor impacto : La Santa Sede accedió, finalmente, al pedido de los obispos polacos de introducir una misa y Oficio propios del Corazón de Jesús. En 1794, al condenar Pío VI los errores jansenistas (lamentable y estéril movimiento religioso que propulsaba una visión absurdamente estricta de Dios), hizo la primera autorizada defensa y alabanza papal de la devoción mediante la Bula "Auctorem fidei". De ahí en adelante, lo que sucedió fue algo así como el desbordamiento de un caudaloso río por la extensa sabana de la cristiandad.

En 1856, Pío IX, extendió la celebración de la Fiesta del Corazón de Jesús a la Iglesia Universal : Se lo habían pedido los Obispos franceses, fundándose en que, para esas fechas, casi no existía una diócesis donde ésta no se celebrara extraoficialmente. En 1899 León XIII elevó la Fiesta del Corazón de Jesús al rango de fiesta de primera clase, y permitió que la misa de la fiesta se pudiera celebrar, como misa votiva solemne, todos los primeros viernes de mes. Ese año también fueron aprobadas para toda la Iglesia las letanías del Corazón de Jesús.

El grano de mostaza

Jesús, como sabemos, comparó una vez el Reino de Dios con la pequeña semilla de mostaza que, al desarrollarse, alcanza a ser un árbol capaz de dar sombra y cobijar aves. Algo semejante sucedió con el mensaje de Paray. La semilla cayó en buena tierra y produjo abundante cosecha : Frondoso bosque. En 1940 pasaban ya de 40 las comunidades religiosas fundadas bajo la impronta de la Devoción, y cuyo principal titular es el Corazón de Jesús.

En 1884, el Apostolado de la Oración contaba ya nada menos que con 35,000 centros en el mundo entero y con unos doce millones de socios. Uno de los principales objetivos de este Movimiento ha sido siempre el dar a conocer y animar la devoción al Corazón de Jesucristo. En muchos países, de hecho, sus centros o asociaciones son popularmente conocidas como Ligas, Asociaciones o Congregaciones del Corazón de Jesús. Mediante la revista "Mensajero del Corazón de Jesús", cuya tirada en diversos idiomas alcanzó a ser de varios millones, el mensaje de la urgencia de responder al amor de Jesucristo no conoció fronteras al entrar el siglo XX.

Le tocó en estos tiempos, de manera particular, a la Compañía de Jesús, el "suavísimo deber" de ponerse a la vanguardia de quienes trabajaron incansablemente para que el mensaje de la Devoción se extendiera por toda la
cristiandad. 

En el año 1956, el Papa Pío XII publicó "Haurietis Aquas", Carta Encíclica que bien puede considerarse la Carta Magna del Culto y la Devoción al Corazón de Jesús. El documento resume en síntesis magistral la razón de ser ésta. Sin negar la providencial importancia del Mensaje de Paray, la Carta establece con claridad que la Devoción no depende en absoluto de éstas ni de otras revelaciones privadas, sino que está basada en las Sagradas Escrituras y en la más sólida tradición y teología católicas.

No se trata - nos aclara Pío XII - de una devoción cualquiera que nos pueda entusiasmar más o menos. Se trata de una "Devoción" con "D" mayúscula, porque honra al Amor de los

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amores; porque es nuestro Señor mismo quien nos la ha pedido, y porque el magisterio de la Iglesia nos insiste en su mayor importancia. Por eso, "los que estiman en poco este insigne beneficio dado por Jesucristo a la Iglesia, obran con temeridad ..., y ofenden a Dios" (Haurietis Aquas nro. 62).

A través de todo el texto de la Encíclica quedó también aclarado, muy oportunamente, que la práctica de la Devoción debe expresarse sobre todo por medio de la práctica de la caridad : "El amor de Cristo nos urge" (2 Cor 5,14). No lo dudemos, de haber sido escrita hoy, Pío XII lo afirmaría todavía con mayor fuerza : "La práctica de la Devoción debe traducirse en el amor comprometido a todos, pero, particularmente, a aquellos de entre nosotros que padecen hambre y sed de pan y de justicia social, o de afecto y de comprensión personal."

En 1956 ya comenzaba a disminuir un tanto la Devoción entre algunos sectores eclesiales, por lo que Pío XII urge a los teólogos a ocuparse de estudiarla, para que ésta pudiera continuar renovándose y desarrollándose a tono con los tiempos.

El gran Papa entendía que, ante la creciente avalancha de materialismo, ateísmo, agnosticismo y cinismo que ya desde entonces amenazaba a la Iglesia, la devoción sincera al Corazón de Cristo sería el antídoto más eficaz para mantenerla fiel al fecundo Amor que le dio el ser. Pero, muy lamentablemente, apenas si le hicimos caso, y la Devoción al Corazón de Jesús vino a perder poco a poco terreno ante la agresiva tibieza y desconfianza ambiental que nos arropa. Un Dios tan personal y tan amigo nos resulta demasiado exigente e incómodo a los hijos de este tiempo tan radicalmente incoherente, impersonal y egoísta.

Devoción post-conciliar

Los documentos del Vaticano II no mencionan o recomiendan expresamente la devoción al Corazón de Jesús, pero sí lo hacen de manera indirecta, al establecer los criterios sobre los que debemos guiarnos para promover las tan necesarias expresiones de devoción y religiosidad popular. En el número 13 de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, los Padres Conciliares establecen que el criterio principal que nos orienta al respecto requiere que toda devoción o práctica piadosa "esté de acuerdo con la sagrada liturgia, se derive en cierto modo de ella, y conduzca al pueblo a ella". Baste decir, por el momento, que todavía no habían concluido los trabajos pertenecientes a la etapa cuarta y final del Concilio, cuando el Papa Pablo VI nos confirmaba, mediante la Carta Apostólica "Investigabiles Divitias", que si una devoción cumple con todos los criterios que establece el Concilio es ésta al Corazón del Redentor.

Mediante esa carta, e incluso por otra escrita más entrado el 1965, el Papa les pedía a todos los que ejercen un oficio pastoral en la Iglesia que promovieran la Devoción al Corazón de Jesús, por tratarse de uno de los más eficaces medios de alentar en toda la Iglesia una atmósfera y ambiente de renovación espiritual, capaz de conducirla e impulsarla a llevar a cabo la obra de una auténtica renovación y puesta al día post-Conciliar.

Juan XXIII 

Quizás sea éste el lugar más indicado para compartir con ustedes, queridos lectores, unos textos muy llenos del mismo Espíritu que impulsó a Juan XXIII a convocar el Concilio :

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"Cada vez que oigo a alguien hablar del Sagrado Corazón de Jesús o del Santísimo Sacramento, siento una alegría indescriptible ... Es que Jesús me llama de esta manera, porque quiere que me sitúe de lleno allí donde está la fuente de toda bondad, su Sagrado Corazón, que palpita tras los velos eucarísticos.

"La Devoción al Corazón de Jesús me ha acompañado toda mi vida... Apenas recién nacido me consagraron al Corazón de Jesús. En el Corazón de

Jesús debo hallar la solución de todas mis dificultades ... Mi deseo más ardiente es poder hacer algo por ese inestimable objeto de mi amor ... "

"Para tener éxito en mi apostolado no quiero conocer otra escuela pedagógica que la del Sagrado Corazón de Jesús : "Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón"."

")Ha podido haber algo de exageración en estos últimos tiempos? Pero, si el Corazón de Jesús es, realmente, como me gusta oír a San Agustín : "La puerta de la vida", no es posible ninguna exageración en este punto. Es necesario pasar por aquí a toda costa ... Y yo quiero pasar por esta puerta"

"Para preservarme del pecado ... Dios se sirvió de la devoción al Santísimo Sacramento y a su Sagrado Corazón. Esta devoción deberá ser siempre el elemento más eficaz de mi progreso espiritual." (2)

Juan Pablo II 

El Papa polaco no nos ha dado menos pruebas de viva devoción al Corazón de Jesucristo que sus predecesores. Ahí están, por ejemplo, su "Catequesis acerca del Misterio del Corazón de Cristo", del año 1979; y su conocido comentario a las letanías litúrgicas del Corazón de Jesús (1985-1989) antes del rezo del "Angelus" dominical, y un sinnúmero de textos semejantes desde su elección hasta ahora.

Una hermosa muestra de estos comentarios de la letanías son estos dos párrafos, comentando "Corazón de Jesús, perforado por una lanza" :

"En el Corazón atravesado contemplamos la obediencia filial de Jesús al Padre, cuya misión el realizó con valentía (cfr. Jn 19, 30) y su amor fraterno hacia los hombres, a quienes el amó hasta el extremo" (Jn 13, 1), es decir, hasta el extremo sacrificio de Sí mismo. El Corazón atravesado de Jesús es el signo de la totalidad de este amor en dirección vertical y horizontal, como los brazos de la cruz.

El Corazón atravesado es también el símbolo de la vida nueva, dada a los hombres mediante el Espíritu y los sacramentos. En cuanto el soldado le dio el golpe de gracia, del costado herido de Cristo "al instante salió sangre y agua" (Jn 19, 34). La lanzada atestigua la realidad de la muerte de Cristo. El murió verdaderamente, como había nacido verdaderamente y como resucitará verdaderamente en su misma carne (Jn 20, 24-27). Contra toda tentación antigua o moderna de docetismo, de ceder a la "apariencia", el Evangelista nos recuerda a todos la cruda certeza de la realidad. Pero al mismo tiempo tiende a profundizar el significado del acontecimiento salvífico y a expresarlo a través del símbolo. El, por tanto, en el episodio de la lanzada ve un profundo significado : como de la Roca golpeada por Moisés brotó en el desierto un manantial de agua (cfr. nro. 20, 8- 11), así del costado de Cristo, herido por la lanza, brotó un torrente de agua para saciar la sed del nuevo pueblo de Dios. Este torrente es el don del Espíritu, (cfr. Jn 7, 37-39), que alimenta en nosotros la vida divina."

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En conclusión
Se nos ocurre concluir esta sección histórica con un comentario
tomado de labios de Abraham en el Evangelio de Lucas (versión libre) : El rico banqueteador tenía a Moisés y a los profetas y no les hacía caso ... El y los suyos no habrían reaccionado, ni aunque se les hubiera aparecido un muerto, como me pedían. Lo mismo les digo a ustedes, cristianos modernos : Son tantos y tales los testimonios de santos y de los sucesores de Pedro acerca de la relevancia e importancia de la Devoción al Corazón de Jesucristo que -si no la abrazan- es porque su corazón es tan obstinado como el de aquel desdichado banquetador ...

- Señor, (que veamos! (Mc 10, 51) (Que descubramos tu Corazón!
(Que nada nos importe más que tu Amor!

Notas :

1- Tomado de Cristología y Devoción al Corazón de Cristo, editado por Leo Scheffcsyk, Instituto Internacional del Corazón de
Jesús,
Delegación
Latinoamericana, Bogotá, p. 108.

2- Juan XXIII, Il Giornale dell' Anima, Roma, Edizioni di Storia e Letteratura, 1964. La versión que ofrecemos aquí está tomada
de
dos fuentes :
Espiritualidad Posconciliar, p. 360, y Léxico de la Teología del Sagrado Corazón, p. 185.










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